“¿Dónde está vuestra Logia?” Un Aspecto Cíclico de la Masonería
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Francisco Ariza
Precisamente en algunos de los rituales masónicos que surgieron de aquella transición, y que alimentarían intelectual y espiritualmente a todos los “manuales de instrucciones” de las logias, se introdujeron algunas ideas que hacen referencia a ese “destino” cíclico. Vamos a poner dos ejemplos ilustrativos.
En el ritual contenido en “La Masonería Disecada”, Masonry Dissected, a la pregunta:
“¿Dónde está vuestra Logia?”, se contesta:
“Sobre una tierra sagrada, o sobre la más alta colina, o el más profundo valle, o en el valle de Josafat, o incluso en cualquier otro lugar secreto”.
Esta respuesta encierra un significado relacionado a la vez con una simbólica espacial (la cima de la montaña y las profundidades del valle están situadas en un mismo eje, análogo al “eje del mundo”), y por otro lado con una simbólica temporal, pues la “más alta colina” indica sin duda alguna la montaña donde estaba el Paraíso terrestre (el prototipo de las “tierras sagradas” de cualquier tradición), o sea el origen de la humanidad actual; mientras que “el más profundo valle” indica su final, es decir su “cumplimiento cíclico”. Por eso mismo se añade seguidamente, “o en el valle de Josafat”, en donde según la Biblia (Joel 3, 10-12), tendrá lugar el “Juicio final”. Esto quiere decir que la Logia masónica, o sea la Masonería, existe desde el comienzo de la actual humanidad pues ella es en esencia una rama de la Tradición Primordial, y en consecuencia continuará estando viva hasta el “fin de los tiempos” (1). Y por último la expresión: “o incluso en cualquier lugar secreto”, alude sin duda a la “cámara secreta del corazón”.
En otro de esos rituales, en este caso el recogido en el “Manuscrito Dumfries”, se menciona que la Logia está “en medio de una ciénaga”, o “de un pantano”, lo cual también estaría en relación con esta simbólica cíclica. En efecto, la Logia masónica (como si de un arca de Noé se tratara) aparece efectivamente como ese “lugar muy iluminado y muy regular” donde reina la Belleza, la Inteligencia y la Sabiduría, pese a estar “en medio” de un mundo estancado en las aguas inmundas de la degradación y corrupción en todos los órdenes de la existencia. “La Luz luce en la tinieblas”.
Sin duda que todo esto tiene que ver con que en la Logia masónica no se escuche “ni el canto de un gallo ni el ladrido de un perro”, como se dice en el mismo Manuscrito, expresión ciertamente enigmática y que tiene diversas lecturas, entre ellas la relación que ella guarda con dos de las virtudes más apreciadas, no ya de todo masón, sino de cualquier adepto en la vía del Conocimiento: la virtud del silencio y la prudencia frente a un mundo “exterior” que hoy en día es más profano que nunca.
Nota
(1) También Juan Evangelista, patrón de la Masonería, estará “hasta que yo venga” (Juan, 21, 22), palabras de Cristo que hacen referencia a su “segunda venida” en el fin de los tiempos.
(1) También Juan Evangelista, patrón de la Masonería, estará “hasta que yo venga” (Juan, 21, 22), palabras de Cristo que hacen referencia a su “segunda venida” en el fin de los tiempos.
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Web del autor: https://www.franciscoariza.com/
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